Eduardo Subirats realiza un viaje esclarecedor por las Américas

En el marco de la Cátedra Sergio Pitol, el CULagos recibió la mañana de este 16 de mayo al filósofo español Eduardo Subirats. El maestro Fernando Solana, responsable de esta cátedra, presentó a Subirats como “uno de nuestros intelectuales postreros”, congratulándose de la oportunidad que representa escuchar la crítica orgánica y sistemática que realiza este pensador. Su conferencia, titulada Viaje de un idiota al reino del conocimiento, planteó a los asistentes el problema de la interpretación histórica y cultural de América Latina a partir de supuestos europeos y estadounidenses.
 
Desde su experiencia personal –en la que conflictos como la Guerra fría y la matanza de Tlatelolco configuraron el contexto mundial, mientras él se encontraba en formación–, Subirats contrastó el pensamiento derivado de las “hermenéuticas prefabricadas occidentales”, ante la riqueza cultural que pervive en las manifestaciones artísticas –como la literatura, la arquitectura y la música–, realizadas por importantes creadores que habitan las Américas. Frente a la interpretación de la academia europea, este filósofo descubrió en nuestro continente una realidad completamente diferente a la que le proyectaron en la academia: entre las ruinas urbanas, están presentes las huellas de la violencia colonial y poscolonial que han llevado a un progreso humanamente vacío, producto del proceso civilizador abanderado por el cristianismo.
 
Al vivir en América, Subirats ha podido reconocer cómo esta dominación ha llevado a la destrucción de las memorias de cada una de las colonias. Esta experiencia lo llevó a una mezcla de fascinación y amargura, de la cual surgió la búsqueda del origen noble del pensamiento latinoamericano. Es así como comenzó un recorrido por aquellas manifestaciones en donde prevalece el germen de estas culturas; de modo que rescató, entre muchas otras, la obra del Inca Garcilaso de la Vega, quien en sus Comentarios reales da cuenta de la historia precolombina en Perú: además de documentar los mitos y modos de vida de esta importante cultura, narra el proceso de la colonización española.
 
En contraposición a la legitimización del aniquilamiento de las culturas originarias, a través de la tesis de la sodomía y el canibalismo que enarbolaron los misioneros para imponer su civilización, Subirats rescató como obra importante el cuadro Abaporu –de la artista brasileña Tarsila do Amaral– que reivindicó el tabú de la antropofagia, a la vez que inspiró al poeta Oswald de Andrade para escribir el Manifiesto antropófago, que propone engullir todo para apropiárselo. Ante el público que abarrotó el Auditorio Doctor Horacio Padilla Muñoz, el filósofo español continuó disertando sobre las obras que nos llevan a “conocer el alma profunda de esas Américas”, entre las que situó las novelas Pedro Páramo, de Juan Rulfo –sobre todo las figuras femeninas, como reminiscencias de las deidades precolombinas–; Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos, y Ríos profundos, de José María Argueidas.
 
Entre la narrativa mencionada, el rescate de la figura del pícaro –que condensa la creatividad y el erotismo–, la música de grandes compositores –como Silvestre Revueltas–, el pensamiento del educador Simón Rodríguez –quien abogaba por una formación multirracial y plurireligiosa–, Subirats afirma que el humanismo en América debe adentrarse en el arte popular, que es el último vehículo del pensamiento y el espíritu genuino, capaz de esclarecer las ideas preconcebidas sobre la identidad latinoamericana y de guiar a los aprendices de intelectuales sin llevarlos a la confusión. Para finalizar esta conferencia magistral, el doctor Aristarco Regalado Pinedo agradeció la presencia de Eduardo Subirats, quien nos brindó un estímulo para pensar en la labor intelectual.
 
Redacción: Marina Ortiz
Fotografías: Alejandra Aguiñaga / Montserrat Vázquez