EXPERIENCIA
DE BRASIL EN LA PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES
Por Umberto Klock
Universidad Federal de Paraná, Brasil.
El
etanol fue el primer biocombustible incorporado
en la matriz energética brasileña
en 1975. El éxito fue tal que se sobrepasaron
las expectativas iniciales del programa. Gracias
a un buen gerenciamiento del sistema este combustible
renovable se volvió competitivo frente a
los combustibles fósiles. En la década
de 1975 a 1985 la producción de caña
de azúcar se duplico manteniendo ese nivel
hasta el año de 1995. Actualmente la caña
de azúcar es cultivada en más de 5,7
millones de hectáreas en Brasil, en todas
la zonas de país. En 2003 se alcanzó
una producción de 345 millones de toneladas,
un cuarto de la producción mundial. De estas
el 50% se destino a la producción de azúcar
y el otro 50% a la producción de alcohol
(13,9 millones de metros cúbicos). Al inicio
del programa se buscaba reducir el costo de los
combustibles y disminuir la importación de
petróleo, sin embargo el programa trajo beneficios
adicionales como la generación de empleos,
disminución de la migración en las
zonas rurales y menores índices de contaminación
del aire en las ciudades.
En diciembre de 2003 el Gobierno instituyó,
por medio de decreto, la comisión ejecutiva
interministerial encargada de implantar las acciones
dirigidas a la producción y uso de aceite
vegetal para biodiesel. En Brasil los avances en
la investigación han avanzado al grado de
hoy contar con refinerías productoras de
Biodisel a partir aceites vegetales tales como la
soya, ricino y de especies exóticas de palmáceas.
En cuanto a la polémica actual sobre al aumento
del consumo global de etanol y otros biocombustibles
como amenaza a la producción de commodities
agrícolas destinadas a alimento, en Brasil
la postura oficial es que no existe esta posibilidad,
ya que la producción agrícola de alimentos
esta garantizada.