El sonido y las campanas: un paisaje sonoro Conferencia magistral: Identidades sonoras y culturas aurales

El pasado sábado 29 de octubre, en las instalaciones del Auditorio Agustín Rivera, de la Casa de la Cultura, reflexionamos sobre el paisaje sonoro y las identidades culturales que se construyen en torno al sonido. La Dra. Ana Lidia nos abordó con dos cuestiones: ¿cómo sería el mundo si lo interpretáramos a través de los oídos? La experiencia occidental, incluso a nivel de enseñanza, ha sido basada en larga escala en un nivel sensorial visual y mucho de lo que se recibe de información en el día a día viene de esto. Entonces, ¿cuál sería el sonido que representa nuestro Lagos? En una amena plática la especialista nos hizo reflexionar sobre cómo los sonidos cotidianos, como el tren en Lagos o la alerta sísmica en la CDMX, construyen nuestra identidad regional.

La conferencia poco a poco nos introdujo a un paisaje sonoro y experiencias personales que marcan toda una generación; por ejemplo, la “batalla generacional" cuando se habla de los sonidos, lo que podría demostrar una sensibilidad sonora diferente de una generación a la otra a lo largo del tiempo.

Otro ejemplo es la percepción que algunos países tienen de América Latina. Es decir, los jóvenes extranjeros visualizan la idea de fiesta por los sonidos elevados siendo una construcción de una característica intrínseca de esta identidad latina.  "En México la alegría se mide en decibeles", dirían algunos. ¿Seríamos nosotros demasiado ruidosos o esta percepción es construida?

La doctora nos invita también a pensar sobre qué es lo que hacemos con lo que escuchamos. La percepción, por lo tanto, será también uno de los mecanismos desarrollados para la determinación de la identidad.

Nosotros aprendemos a sentir y, al aprender a sentir, aprendemos a interpretar el entorno en que vivimos. Mucho de lo que se interpreta como bonito o feo, y mucho de lo que nosotros concebimos como alto o bajo volumen, hablar "fuerte" o "ruidoso" es también parte de las pequeñas diferencias estéticas que ilustran las diferencias de sensibilidades culturales.

Las campanadas de las iglesias y de las ciudades, desde los tiempos antiguos, fueron utilizadas como marcadores temporales de la vida cotidiana. La rutina de las personas era programada de acuerdo con el ritmo y frecuencia de estas campanadas. Fiestas, periodos del día y del año, la llegada de las estaciones, la comunicación de eventos, eran marcados por las frecuencias y códigos de comunicación producidos a través de las campanadas.

El hecho de que exista una cultura de nombramiento de las campanas también indicaría que esas eran y siguen siendo participes de la vida cotidiana de la sociedad.

La doctora nos insiste que todavía hay mucho por aprender sobre los sonidos. Necesitamos dar voz a nuestra percepción y aprender sobre cómo podemos relacionarnos con nuestras características intrínsecas, es decir, aprender a escuchar a los latidos de nuestro corazón y de la ciudad.

Esta, entre otras actividades, pertenecen al Festival Cultural de Otoño en Lagos y nos invitan a abrir nuestros ojos, o mejor dicho nuestros oídos a nuevas perspectivas. ¡Sigan al tanto de nuestra variedad de actividades culturales y divulgativas!