Un acercamiento literario a través del huapango arribeño, en el Seminario de Historia Mexicana.

La tarde del jueves 20 de septiembre, se llevó a cabo en la Casa Universitaria de la Ciencia, el Arte y la Cultura la conferencia que, como cada mes, organiza el Seminario de Historia Mexicana del Centro Universitario de los Lagos. En esta ocasión, el encargado de compartir sus investigaciones fue el doctorante Agustín Rodríguez Hernández, especialista en letras hispánicas y educación.
 
Con el título Memoria y destino en el huapango arribeño, el maestro Agustín se trasladó hasta los límites de la Sierra Gorda, en el bajío del país, para recuperar los orígenes, la estructura y la importancia del huapango arribeño como literatura oral en los estados de San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán y Querétaro.
 
Ya sea con décimas, a manera de alabanza para un santo o santa el día de la fiesta, con un verso poético bien pensado para la boda de la ocasión, o exprimiendo la inventiva del huapanguero a través de una “topada” improvisada en la fiesta de fin de año, las letras de esta bella tradición han ido transformándose a lo largo del tiempo, respetando la ocasión en que los músicos son solicitados para presentarse, variando las temáticas abordadas: desde Zapata, la revolución, la reforma agraria hasta preguntar las partes del cuerpo o narrar la historia de Adán y Eva en versos, acompañados del violín y la guitarra mientras la gente baila sobre las tarimas de madera.
 
Los trovadores de huapango ven en su afición un destino, un rol de vida que bien deben cumplir, aunque la mayoría de las veces acompañado de las actividades del campo. Con el paso de los años, los practicantes fueron aumentando y lamentablemente, falleciendo, por lo que los huapangueros y el pueblo que disfruta de esta tradición, decidió crear un festival anual en el pueblo de Xichú, Guanajuato los últimos cuatro días del mes de diciembre, para honrar a los trovadores que estuvieron antes. El maestro Agustín terminó su conferencia invitándonos a conocer la tradición de manera directa asistiendo a este festival en el que el huapango arribeño se muestra tal como es uniendo el mundo del campo con la música, las fiestas y una tradición que está muy lejos de morir.
 
Por: Alejandra Coss