“El silencio de mis manos”, una historia de inclusión y concientización, en el sexto día del XXI Otoño en Lagos

El documental, dirigido por Manuel Acuña, se interna en cuestiones relacionadas con la inclusión y la exclusión, la diversidad sexual y la lucha por poder vivir una vida en plenitud y sin discriminación

El pasado viernes 27 de septiembre, en el marco del XXI Festival Cultural Otoño en Lagos, la Casa Universitaria Lola Álvarez Bravo fue el recinto donde se proyectó el documental El silencio de mis manos, como parte de la extensión del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG). Este documental, dirigido por Manuel Acuña Arellano, sigue los pasos de Rosa y Saira, dos mujeres sordas que se viven en la diversidad sexual mientras entrelazan sus historias con las dificultades emocionales propias de todo vínculo humano, en un mundo casi exclusivamente pensado para las personas oyentes. En ese contexto, mientras Saira vive un proceso de transición de género y busca oportunidades de progreso como migrante en Estados Unidos, Rosa lucha por convertirse en la primera abogada sorda en la historia del estado de Jalisco.

Un aspecto a resaltar de la cinta es que aspira a ser apreciada por igual tanto por la comunidad sorda como por los oyentes, es por eso que todo el documental está hablado en lengua de señas y subtitulado —siendo así el primer largometraje mexicano con esta característica—, y tiene un interesante juego con la intensidad, la vibración y la presencia de los sonidos. De esta manera se crea un diálogo de contrastes, que busca, por un lado, representar la forma en que las personas sordas se viven e interpretan el mundo, y por el otro, concientizar al público oyente sobre las distintas formas de percepción de la realidad que existen en nuestra sociedad, y cómo el poseer ciertas características, como la capacidad de escuchar, son definitivamente un privilegio en una sociedad que fue construida para quienes pueden oír. A ello, se suman las vivencias en torno a la disidencia sexual y al derecho a la educación, partiendo siempre de la condición de sordera, con lo que se logra un complejo retrato y una reflexión profunda sobre lo mucho que nos falta avanzar en términos de inclusión e igualdad.

Tras la proyección del documental, que recibió una larga serie de aplausos por parte del público asistente, hubo una charla con el director, Manuel Acuña Arellano, y con Rosa María Casillas, una de las protagonistas del largometraje, quien a través de su intérprete oficial en lengua de señas mexicana, Karina Valadés, respondió las inquietudes del público.

Manuel Acuña comentó que el documental, cuyo trabajo comenzó en 2017, surgió de la fascinación por el lengua de señas, una cultura que, según dijo, se encontraba mucho más cerca de él de lo que imaginaba en un principio. Más allá de solamente contar una historia, su intención con el documental es poner al frente las sensaciones, provocar reacciones profundas en el espectador, y hacer una reflexión no sólo sobre cómo vive una persona sorda, sino también sobre nuestra propia forma de escucha como oyentes.

Por su parte, Rosa María Casillas contó que tiene el objetivo de que la película pueda ser vista por padres de familia de personas LGBT+, para que entiendan que «lo importante es sentirse orgullosos de sentir amor, que el amor sea un modelo que nos permita unirnos; es importante crear conciencia de lo crucial que es amar a una persona, encontrar a alguien que nos ame y tener a alguien con quien poder comunicarnos». También señaló que es importante que todas y todos los jóvenes, sin importar sus condiciones, «puedan sentir el amor, ser amados, vivir sin experimentar la discriminación, abordando la inclusión desde todos los ámbitos».

 

Atentamente

“PIENSA Y TRABAJA”

"30 años de la Autonomía de la Universidad de Guadalajara y su organización en Red"

Redacción: Román Villalobos Manzo
Fotografía: Yesenia Campos Macías